Guía completa para cuidar tus cactus 🌵

Los cactus son una de las mejores opciones para quienes buscan plantas fáciles de mantener y que además aporten un toque único a la decoración. Aunque son resistentes, hay algunos cuidados básicos que conviene conocer para que se mantengan sanos y, con suerte, hasta florezcan.

1. Mucha luz, pero con cuidado

Los cactus adoran la luz natural, ya que en su hábitat crecen en zonas soleadas y secas.

  • Lo ideal: colócalos cerca de una ventana orientada al sur o al este.
  • Atención: si el sol es muy fuerte y directo, especialmente detrás de un cristal, puede quemar la planta. En ese caso, lo mejor es filtrar la luz con una cortina fina o moverlos a un lugar con luz indirecta.

2. Riego moderado, siempre con lógica

El exceso de agua es la causa más común de que un cactus se muera.

Primavera y verano (época de crecimiento): riega cada 10–15 días, asegurándote de que la tierra se seque completamente entre riegos.

Otoño e invierno (época de reposo): con regar una vez al mes suele ser suficiente.

💡 Recuerda: si dudas, es mejor regar menos que más.

3. Macetas con drenaje

Un error habitual es usar macetas sin agujeros. Los cactus no soportan el agua estancada, ya que puede pudrir sus raíces.

Usa macetas con agujeros y un platito debajo.

Evita el uso de decoraciones que impidan que el agua salga bien.

4. El sustrato adecuado

El sustrato común no es la mejor opción para cactus. Necesitan una mezcla ligera y con buen drenaje.

Mezcla ideal: tierra especial para cactus y suculentas (que ya trae arena o perlita).


También puedes hacer tu propia mezcla combinando tierra de jardín, arena gruesa y un poco de perlita o grava.

5. Alimentación con abono

Aunque sean resistentes, los cactus agradecen un poco de abono en la época de crecimiento.

Usa un fertilizante líquido para cactus, con bajo contenido en nitrógeno.


Aplícalo una vez al mes durante primavera y verano, y suspende el abonado en otoño e invierno.


6. El descanso invernal

Durante el invierno, la mayoría de cactus reducen su actividad. Es un momento clave para que acumulen fuerzas y puedan florecer después.

Lo mejor es colocarlos en un sitio fresco y luminoso.


Reduce el riego al mínimo, solo lo justo para que no se arruguen demasiado.


7. Trasplantes ocasionales

Los cactus crecen despacio, pero cada cierto tiempo necesitan un trasplante.

Hazlo cada 2 o 3 años, a principios de primavera.
Elige una maceta un poco más grande y renueva el sustrato para darles nuevos nutrientes.